Siempre recomendamos a nuestros usuarios tener cuidado con los archivos enviados desde una fuente desconocida a través de Bluetooth.
Por esta razón me sorprendí tanto el otro día durante un viaje en tren, cuando vi con mis propios ojos lo despreocupada que es la gente con sus teléfonos móviles.
Una mujer sentada frente a mí recibió una llamada en su smartphone. Pocos minutos más tarde, un hombre, a quien claramente ella no conocía, le dijo que le había gustado mucho el tono de su móvil, y le pidió que se lo pasara. Ella aceptó, pero por alguna razón él no logró hacer que su smartphone recibiera el archivo a través de Bluetooth. Finalmente le pidió a la mujer que le prestara su teléfono para copiar el archivo directamente de la tarjeta de memoria. Ella aceptó sin pensarlo dos veces y le entregó su smartphone. Él copió lo que necesitaba y le devolvió el teléfono, para luego salir del compartimento.
Es posible que el trabajo me tenga en un estado de paranoia y que el hombre realmente sólo quisiera el tono. No estoy seguro. Sin embargo, indudablemente el hombre tuvo acceso a toda la información que ella tenía guardada, además de la oportunidad perfecta para copiar programas maliciosos al teléfono de la mujer. Tal vez sea mi paranoia, pero mientras vea que la gente se preocupa tan poco de su seguridad telefónica, seguiré mostrándole sus errores.
En cuanto a la mujer, no sólo le expliqué mis ideas sobre seguridad, sino que también recibirá gratuitamente un scanner de virus para su smartphone.
Extraños en un tren