KillDisk, un programa malicioso conocido por destruir los archivos de los equipos que infecta, ha evolucionado para convertirse en un troyano chantajista (ransomware) que bloquea el acceso a los archivos con la promesa de liberarlos cuando se le pague un rescate.
KillDisk es uno de los componentes del programa malicioso BlackEnergy, conocido por haber causado estragos en diciembre al atacar una planta de energía de Ucrania y dejar sin electricidad a miles de personas. El programa también resonó con otros ataques dirigidos a medios de comunicación ucranianos e industrias y organizaciones gubernamentales.
El programa malicioso ha ampliado sus formas de ataque agregando un componente ransomware a KillDisk, que cifra la información del equipo y exige un pago de 222 bitcoins (alrededor de 247.000 US$) para devolverle a los usuarios infectados el acceso a sus datos.
Sin embargo, el código no tiene escrito ningún protocolo para liberar los archivos en caso de que se reciba el pago. Las llaves de cifrado no están guardadas de forma local ni se transmiten a los servidores de comando y control, lo que significa que, por más que las víctimas paguen el rescate exigido, no se les devolverá el acceso a su equipo.
Ya sea por la exagerada suma de dinero que piden los criminales, por desconfianza al trato que se propone, o por una decisión consciente de no apoyar sus actividades maliciosas, todavía no se han encontrado casos de víctimas que hayan pagado el rescate.
Pero todavía hay una luz al final del camino: parte de la evolución de KillDisk consiste en haber creado una variante de Linux para equipos y servidores. Estas variantes tienen diferentes rutinas de cifrado y algoritmos que las de Windows y, por fortuna, los mecanismos de cifrado de la versión de Linux de KillDisk tienen una debilidad que hace que sea posible recuperar los archivos secuestrados. Aunque no es un trabajo fácil, no es imposible. Por desgracia, esta posibilidad no existe en las versiones de Windows.
BlackEnergy utiliza KillDisk para destruir los ordenadores que ataca y borrar la evidencia de sus ataques con otros programas maliciosos. Es probable que estas nuevas características de ransomware sean solo una pantalla para engañar a sus víctimas, desviando su atención hacia un posible ataque de un programa chantajista y evitando que investiguen otro tipo de intrusiones. Este desinterés por la demanda en sí explicaría por qué los autores del programa establecieron un precio tan alto e inalcanzable para la mayoría de los usuarios.
Fuentes
KillDisk, un componente de BlackEnergy, adquiere características de ransomware