La conferencia BlackHat de este año abarcó temas muy diversos. Que se amplíe la gama de temas significa que se están atacando más blancos. Esto no nos toma por sorpresa.
Por una parte, compañías como Microsoft y Google han fortalecido sus programas para evitar que se exploten sus vulnerabilidades.
Por otra, están apareciendo montones de nuevos tipos de dispositivos que se pueden conectar a la red. Estos aparatos tienen poca o ninguna protección integrada.
Este enfoque en dispositivos integrados también se refleja en la cantidad de investigaciones que se ha estado haciendo sobre los dispositivos de nuestros teléfonos y ordenadores personales. En una de las presentaciones de Blackhat, se hizo una demostración de un ataque práctico contra procesadores de banda de base para smartphones mediante el protocolo OMA DM. Su falta de seguridad integrada y facilidad para agregar controles de seguridad demuestran la gran debilidad de su defensa actual.
Mi colega Vitaly Kamluk demostró, con Anibal Sacco de Cubica Labs, cómo los atacantes pueden utilizar Computrace, el popular programa de localización y gestión de equipos perdidos, para ejecutar códigos de forma remota. No hay un modo fácil de mitigar este ataque aparte de desactivar esta característica, lo que a veces ni siquiera es posible.
Cada vez dependemos más de tecnologías que sólo pueden ser medianamente seguras cuando se las apaga. Esta no es una práctica sostenible. Aunque aprecio que nuestros sistemas operativos personales estén cada vez más seguros, soy bastante pesimista en lo que respecta al mundo post-PC.
¿Una conferencia BlackHat Post-PC?