A pesar de que los ciudadanos cubanos tienen acceso restringido a Internet, las redes informáticas de Cuba han sido atacadas por 2.966 programas nocivos en los últimos años, según datos de la una consultoría publicados la semana pasada.
Según los datos de la Empresa de Consultoría y Seguridad Informática de Cuba (Segurmática), se ha detectado un total de 413 virus, 748 gusanos, 25 exploits y 1.757 troyanos.
Asimismo, se calcula que sólo este año se han detectado unas 800 variantes de programas troyanos.
Según el periódico oficial de Cuba, Juventud Rebelde, estas cifras demuestran que ni las redes nacionales ni los usuarios “están libres de las amenazas que significan los intrusos, los cuales penetran en muchas ocasiones por no aplicarse adecuadamente medidas de seguridad básicas”.
Sin embargo, el acceso a Internet de los ciudadanos de la isla todavía es muy limitado. El general Raúl Castro, presidente de Cuba, recién aprobó en abril de este año la venta de ordenadores y sus accesorios a usuarios particulares.
Sin embargo, todavía no se ha autorizado el acceso de los usuarios particulares a Internet ni la venta de programas informáticos.
Aunque la isla se empezó a conectar a la red en 1996, los usuarios particulares tienen acceso restringido a causa del embargo comercial que Estados Unidos mantiene sobre Cuba, que hace que la isla se tenga que conectar a Internet mediante un satélite.
Este satélite cuenta con un ancho de banda de apenas 65 megabytes por segundo de bajada y 124 de subida. Las autoridades cubanas afirman que cualquier modificación del canal requiere de la autorización del Departamento del Tesoro Estadounidense.
La mala calidad de la conexión hace que algunas veces, en broma, los ciudadanos cubanos se refieran al ‘ciberespacio’ como ‘ciberdespacio’.
En mayo, el Ministerio de Informática y Comunicaciones descartó la posibilidad de permitir el acceso a Internet a particulares en un futuro cercano, pues afirmó que “seguirá existiendo la falta de recursos para hacer el servicio más amplio”.
En Cuba, ni limitar el acceso a Internet evita los ataques nocivos