Dos estudiantes de 18 años enfrentan condenas de hasta 38 años en prisión por haber ingresado sin autorización a los ordenadores de su escuela para modificar sus notas.
Se cree que el propósito de los jóvenes era fingir ser buenos alumnos para que los aceptaran en universidades prestigiosas.
Uno de los acusados, Omar Kahn, enfrenta 69 cargos, que incluyen robo y alteración de informes públicos, allanamiento de morada, fraude de identidad, conspiración y fraude informático. Combinados, podrían resultar en una condena de hasta 38 años en prisión.
Su supuesto cómplice, Tanvir Singh, tiene cinco cargos en su contra y podría pasar hasta tres años en prisión si se lo encuentra culpable.
Según la fiscalía, Kahn irrumpió en su escuela varias noches entre enero y mayo con una copia robada de la llave maestra del establecimiento.
Después ingresaba a los ordenadores de la escuela con la contraseña de sus profesores y modificaba sus notas.
Se cree que también alteró las notas de otros 12 estudiantes y que robaba las preguntas de los exámenes con anticipación y se las enviaba a sus compañeros por correo electrónico.
Además, se lo acusa de haber instalado programas espías en los ordenadores de la escuela para poder acceder a ellos desde ubicaciones remotas.
Ambos estudiantes se graduaban el miércoles de la Escuela Secundaria Tesoro, en el Condado de Orange, California. Esta escuela es una de las más prestigiosas de los Estados Unidos.
Según la fiscalía, Khan trató de ingresar a la Universidad de California, pero lo rechazaron. Khan pensaba volver a enviar sus documentos para apelar a la decisión de la universidad, así que pidió a la escuela otra copia de sus notas.
Los profesores se dieron cuenta de que las notas eran falsas y alertaron a la escuela, que se puso en contacto con las autoridades.
Jim Amormino, portavoz de la policía, aseguró que la sofisticación del crimen era sorprendente, en especial si se toma en cuenta la edad de los acusados. “Creo que se arrepienten de no haber puesto su talento en el estudio”, afirmó Amormino.
Estudiantes podrían pasar hasta 38 años en prisión por alterar sus notas