Seguro que si estás leyendo esto no eres un gato, así que la curiosidad no te matará, pero puede que ponga tus datos confidenciales en manos de algún extraño.
En mi artículo sobre Michael Jackson, mencioné que un pirata virtual había irrumpido en la cuenta de Twitter de Britney Spears y anunciado su muerte en su propio sitio. La vulnerabilidad que se explotó para realizar el ataque ya se ha parchado, el mensaje ya está borrado, y Britney (o alguna persona que trabaja para ella) publicó un mensaje diciendo que la cantante está viva. (Me alegra que lo hayan confirmado porque Britney está por dar un concierto en Rusia y ¡las entradas ya se están agotando!)
Sin embargo, el mensaje de Britney no detuvo a los spammers. Acabamos de encontrar el siguiente correo:
Este es otro ejemplo perfecto de cómo los spammers explotan la vulnerabilidad llamada “curiosidad”. Las personas que sean tan ingenuas como para descargar el mensaje, acabarán infectando su equipo con Trojan-Spy.Win32.Zbot, un programa diseñado para robar datos personales.
Parchar vulnerabilidades técnicas es fácil; deshacerse de las vulnerabilidades humanas es mucho más complicado.
La curiosidad mató al gato