El periódico Washington Post informó ayer que una Corte de Apelación del estado de Virginia dictó condena contra el spammer o elaborador de correo no deseado Jeremy Jaynes, quien ya había sido sentenciado a 9 años de cácel en febrero de 2005, pero quedó en libertad tras el pago de una fianza de un millón de dólares mientras su caso era considerado por la Corte de Apelaciones del estado de Virgina.
Sus abogados defensores rechazaron el fallo de la corte y recurrirán a una nueva apelación. Su principal argumento es que hubo una violación de sobredimensión de los derechos de Jayne contemplados en la Primera Enmienda sobre la cual las cortes de Virginia no tienen jurisdicción porque Jayne cometió el delito imputado desde su domicilio en Carolina del Norte.
La Primera Enmienda se relaciona con la libertad de expresión tal como la define la Constitución de los Estados Unidos, y merece mayor debate y mejoras. Resulta particularmente interesante examinar las populares formas de comunicación electrónica y multimedia. Entonces, ¿Cómo debería aplicarse la ley? ¿Cómo quedan definidos sus límites?
Recurrir a la Primera Enmienda puede parecer una maniobra legal en un intento para que Jayne prolongue su libertad un poco más. Según las declaraciones incluidas en una opinión de 26 páginas presentada por el Juez James W. Haley, Jr., “las recusaciones contra la inconstitucionalidad de los estatutos (facial challenges) son a veces permitidas cuando el apelante solicita la protección de la Primera Enmienda”. Debido a que “la Corte Suprema recientemente afirmó que la doctrina de sobredimensión (doctrine of overbreadth) de la Primera Enmienda constituye una excepción a nuestra regla normal respecto a los estándares para recusaciones contra la inconstitucionalidad de los estatutos”, el recurso presentado por los abogados de Jayne puede durar otro día más en la corte.
La argumentación de que la Corte Distrital de Virginia carece de jurisdicción para revisar este caso también parece ineficaz. Haley afirma que “las Cortes Distritales de Virginia tienen jurisdicción exclusiva original sobre toda acusación de felonía por ofensas cometidas dentro de sus respectivas circunscripciones”. Los estados de Carolina del Norte y Virginia pertenecen al Cuarto Distrito. Además, “la jurisdicción puede existir allá donde se produzca el daño inmediato, aun si el acto delincuencial no ocurriese físicamente”.
Por su propia naturaleza, la delincuencia cibernética sobrepasa los límites territoriales y legislativos. Las diferencias en la legislación nacional son una de las razones de por qué puede resultar difícil procesar a los delincuentes cibernéticos. El caso Jaynes puede estar llegando a su final. Se espera que la decisión de la corte, por una parte, sirva como precedente para futuros procesamientos efectivos contra spammers, y por otra también contribuya a lograr una sólida legislación contra la delincuencia cibernética.
Los spammer apelan sentencia