Han pasado dos años desde que el húngaro Laszlo K, el autor del gusano Magold, fue encontrado culpable del uso no autorizado de sistemas informáticos (diez mil sistemas, para ser exactos) y sentenciado a dos años de libertad condicional y una multa de 2.400 dólares.
Desde entonces, han pasado muchas cosas.
1. La motivación para desarrollar programas maliciosos ha cambiado. Los programas maliciosos ahora se desarrollan “en serie” y son usados para hacer dinero. Cuando Laszlo K fue sentenciado, esta tendencia recién se estaba formando.
2. Las tácticas se están adaptando a los cambios. Se ha reducido el uso de envios masivos para distribuir códigos maliciosos. Se ha remplazado las epidemias globales por la táctica de “ataques precisos”, según la cual los programas maliciosos se envían a un sector determinado de la población. Esta es la razón por la cual Magold ocupó un pequeño porcentaje del total de los programas maliciosos.
Las apuestas han subido. Los creadores de programas maliciosos quieren ganar dinero con sus actividades. Por lo tanto, los riesgos también han aumentado. Las fuerzas de seguridad de todo el mundo han adquirido experiencia en la lucha contra los criminales cibernéticos. Hay un significante grado de cooperación entre las policías de diferentes países. Como resultado, el número de arrestos y condenas ha subido considerablemente durante los dos últimos años. Esta semana hemos visto un ejemplo más. Tres sospechosos, miembros del grupo ‘M00P’ fueron arrestados en el Reino Unido y Finlandia, acusados de distribuir troyanos con “puertas traseras” (incluyendo el troyano Breplibot ) vía spam y usarlos para atacar negocios.
Considerando las ganancias potenciales, parece que la evolución de los programas maliciosos no se detendrá en un futuro cercano. Pero también habrá más arrestos y condenas.
Arrestos de criminales cibernéticos