La justicia británica ha encontrado culpables a dos hombres que llevaron a cabo un sofisticado plan para robar 229 millones de libras ($324 millones) a una sucursal británica del banco japonés Sumitomo Mitsui.
De haber logrado su objetivo, éste habría sido el mayor robo de la historia de Gran Bretaña.
Los acusados, Hugh Rodley, un hombre de 61 años y David Nash, de 47 dueño de una sex shop, esperan su sentencia que se dictará hoy, jueves 5 de marzo.
Rodley y Nash habían creado varias empresas falsas en Internet para lavar los millones de libras que iban a robar en este ataque.
Las autoridades absolvieron de todos los cargos a la tercera acusada, Inger Malmros, de nacionalidad suiza. Un cuarto sospechoso, Bernard Davies, murió antes de que comenzara el juicio.
El crimen se realizó con la ayuda de Kevin O’Donoghue, el encargado de la seguridad del banco. También estuvieron involucrados los piratas informáticos Gille Poelvoorde y Jan Van Osselaer. Todos ellos admitieron su culpa.
O’Donoghue dejó entrar a los hackers durante varias semanas, cuando los funcionarios del banco ya se habían ido.
Primero, los criminales instalaron un programa capturador de teclado (keylogger) en los equipos del banco. Esto les permitió recolectar todas las contraseñas necesarias para ingresar al sistema del banco.
Una vez en el sistema, los piratas informáticos ingresaron a las cuentas bancarias de grandes empresas, como Toshiba International, Nomura Asset Management y Sumitomo Chemical UK.
Los delincuentes ingresaron a las cuentas múltiples veces, y cada vez transferían alrededor de 12,5 millones de libras a bancos ubicados en todo el mundo, incluyendo España, Dubai, Hong Kong, Turquía e Israel.
Pero, a causa de un error básico al llenar los formularios de transferencia, el dinero nunca se retiró de las cuentas de sus víctimas.
Los funcionarios del banco sospecharon que había un problema al encontrar uno de los ordenadores encendidos. Esto hizo que dieran aviso a las autoridades y así fue como se inició la investigación del caso.
Declarados culpables dos hombres que intentaron robar 229 millones de libras a un banco japonés