Están al acecho, aprovechando el anonimato de Internet y utilizando las técnicas más avanzadas para engañar a sus víctimas. Son una amenaza constante. Suelen ser muy pacientes y a veces se comunican con sus víctimas durante días, semanas, meses y hasta por más de un año antes de arreglar el encuentro con el menor de edad. Son una nueva clase de depredadores.
Mi historia: lucha, abuso, suicido y autolesiones
Este es un extracto de la historia de Amanda Todd, una adolescente canadiense de 15 años:
“Cuando estaba en primero de la ESO me conectaba con la webcam con mis amigos… gente que me decía que era bonita, hermosa y perfecta. Querían que me exhibiera. Y así lo hice…, 1 año después…, recibí un mensaje “suyo” en Facebook. No sé cómo me conocía. Me dijo que si no hacía un espectáculo para él, iba a mostrar mis pechos. Conocía mi dirección, colegio, familiares, amigos y apellidos. En las vacaciones de Navidad… alguien tocó a mi puerta a las 4 am…. Era la policía… habían enviado mi foto a todos mis conocidos…”
Este fue el comienzo de una pesadilla para Amanda. Arruinó su vida y acabó llevándola al suicidio. Su historia dio la vuelta al mundo.
El desarrollo de Internet nos ha dado oportunidades que superan nuestra imaginación; estamos en una era de oro de la información que está al alcance de todos. Pero los avances tecnológicos pueden traer nuevos peligros, y tres factores se combinan para crear un posible detonante: adolescentes inocentes + depredadores o pedófilos + Internet.
Muchos de los crímenes que se realizan en Internet involucran algún tipo de acoso por Internet o abuso virtual. Los niños y jóvenes son particularmente vulnerables; puede ser muy fácil engañarlos para ganar su confianza. Esto puede comenzar en las redes sociales, pero puede transportarse al mundo real y convertirse en crímenes como extorsión, tráfico de pornografía infantil o abuso físico de menores. Estos crímenes no son nada nuevo, pero el anonimato de Internet provee un nuevo foro peligroso para modelos de abuso que ya habíamos visto muchas veces antes.
Niños, Internet y las redes sociales
Cada día, más y más niños usan Internet y redes sociales. Pero este cambio tan vertiginoso hace que muchos padres se sientan abrumados. Dudan de la tecnología y se mantienen al margen, preocupados porque sienten que no tendrán tiempo suficiente para comprender el ciber-mundo. Pero esto es un gran error. Si no están alerta sobre lo que hacen sus hijos, se mantienen muy alejados de los problemas a que los chicos pueden enfrentarse. Muchos padres no conocen los riesgos de Internet y confían en que sus chicos lo están utilizando de forma sana para hacer sus tareas, no exponiéndose a posibles daños.
Uno de los mayores problemas entre los adolescentes es el “sexting”. Sexting es cuando se envían mensajes o fotografías con contenido sexual explícito por teléfonos móviles o redes sociales. La revista Pediatrics hizo un estudio sobre esta práctica, puedes encontrarlo aquí (en inglés). El sondeo entre los jóvenes reveló que el 7% había recibido imágenes de gente con poca ropa y un 5,9% había recibido fotos con contenido sexual explícito.
Aún peor, alrededor del 2,5% creó sus propias imágenes sexuales o apareció en ellas. El 61% de ellos eran mujeres, el 72% tenía entre 16 y 17 años, el 6% tenía entre 10 y 12 años. La mayoría de las veces enviaban estas fotos porque tenían una relación, o sólo por diversión.
Lo peor del sexting es que puede desencadenar situaciones más serias, como el abuso cibernético (cyberbullying) o la extorsión porque el contenido puede caer en manos de un depredador virtual.
El mayor peligro radica en la falta de consciencia de los niños y jóvenes: casi siempre, los más jóvenes no pueden medir el impacto, tanto emocional como legal, que estas imágenes podrían tener en sí mismos y en sus familias. Esto los convierte en un objetivo fácil para los depredadores.
Evita preocupaciones, mantente a salvo
Por suerte existen herramientas muy buenas que te pueden ayudar a controlar lo que tus hijos ven en Internet. Herramientas como Kaspersky Internet Security 2013 y Kaspersky Parental Control (Beta) son de gran ayuda para proteger a tus hijos en el mundo virtual, pero no son suficientes por sí solas. Es muy importante que aprendas a identificar si algún miembro de tu familia está sufriendo algún acoso por Internet. Estas señales suelen ser muy obvias, pero si no hay suficiente comunicación entre padres e hijos, se pueden pasar por alto.
Este sencillo cuestionario puede ayudarte a descubrir si tu hijo está en peligro.
- ¿Pasan tus hijos mucho tiempo en Internet, en especial durante la noche?
- ¿Reciben tus hijos llamadas telefónicas de personas que no conoces?
- ¿Apagan el monitor del ordenador cuando notan que entras en la habitación?
Estas cifras podrían ser de utilidad para algunos padres. Las estadísticas de Kaspersky SecurityNetwork indican que los sitios de redes sociales son más populares que el correo electrónico y los sitios web pornográficos, lo que explica por qué los depredadores cibernéticos buscan “cazar” a su presa en ese ambiente.
La gente suele usar las redes sociales en las tardes, entre la 1 y las 6 pm. Los sitios web pornográficos son más visitados entre el mediodía y las 3 pm.
Habla con tus hijos
Es muy importante que mantengas una buena comunicación con tus hijos: habla con ellos, involúcrate en sus actividades en Internet y mantente al tanto del tiempo que pasan en Internet y en las redes sociales. Conversa con ellos sobre los peligros de Internet de forma honesta y directa.
Educar a tus hijos sobre el uso responsable de la tecnología puede ayudarles a reconocer las situaciones que pueden ponerlos en peligro, tanto si se conectan a Internet en casa, con sus amigos, en la escuela o desde un lugar de acceso público.
Depredadores cibernéticos al acecho