Un criminal virtual que tomaba el control de las cámaras web de los usuarios y pasaba entre 5 y 12 horas espiándolos ha evadido la pena de prisión y en su lugar ha recibido una sentencia de trabajo comunitario.
Stefan Rigo, un ciudadano inglés de 33 años, infectaba los equipos de sus víctimas, tanto personas conocidas como desconocidas de Internet, con el programa malicioso Blackshades. Este programa le permitía operar los equipos comprometidos a distancia, capacidad que aprovechó para activar las cámaras web de los ordenadores de sus víctimas para espiarlos durante horas.
Las autoridades lo arrestaron en noviembre de 2014 a raíz de una operación internacional que tenía como blanco a los cibercriminales con pocas habilidades técnicas que operaban con Blackshades. Rigo había pagado el programa utilizando la tarjeta de crédito de su ex novia, por lo que las autoridades no tuvieron dificultades rastreándolo. “Un análisis forense del equipo de Rigo descubrió imágenes de personas que estaban en situaciones sexuales mediante skype o frente a sus ordenadores”, explicó la policía metropolitana en sus declaraciones. “En la entrevista, Rigo admitó que usaba las funciones de Blackshades que le permitían controlar las cámaras web de otros usuarios y monitorizar sus escritorios, así podía conseguir contraseñas y contenido de sus correos electrónicos”.
Un tribunal británico lo halló culpable de crímenes de voyerismo y dictó una sentencia suspendida de 40 semanas de prisión. A pesar de que no pasará tiempo tras las rejas, deberá cumplir 200 horas de servicio comunitario y registrarse como delincuente sexual durante los próximos 7 años.
“Los usuarios de estas herramientas siguen descubriendo que, a pesar de no tener contacto ni interacción física con sus víctimas, pueden ser identificados, rastreados y llevados ante la justicia por la NCA y otras autoridades”, dijo la oficial Angela McKenna, portavoz de la Unidad Nacional de Crímenes Cibernéticos de la policía británica. Las autoridades también recordaron a los internautas que la desconfianza en los mensajes y enlaces que compartan usuarios desconocidos es primordial para mantenerse protegidos en el mundo virtual.
Fuentes
Un cibercriminal voyerista evade la pena de prisión