Las autoridades de una cárcel británica han tenido que pedir asistencia especializada para reconfigurar sus sistemas después de haber permitido que un recluso, que tiene antecedentes como cibercriminal, ingresara al sistema de la prisión sin supervisión.
Douglas Havard, de 27 años, es un delincuente virtual que se encuentra encerrado en la prisión Ranby, en Inglaterra, por haber participado en una serie de estafas por Internet.
Havard está cumpliendo una condena de seis años en prisión tras haberse declarado culpable de cargos de lavado de dinero y conspiración para cometer fraude en 2005.
Todo comenzó cuando el personal de la prisión Ranby, que está realizando un proyecto para crear una estación de televisión interna en sus instalaciones, se dio cuenta de que necesitaba un programa especial para lograr su objetivo. Por esta razón, el personal de la prisión le encomendó a Havard la tarea de crear el programa y, a pesar de sus antecedentes, le otorgó acceso a la red informática de la prisión.
Pero el recluso aprovechó que los guardias no lo estaban supervisando para crear un caos en el sistema, llenándolo de contraseñas para que nadie pudiera ingresar. “Creó un sistema de contraseñas tan elaborado que ha hecho falta una empresa especializada para hacer que [el sistema] vuelva a funcionar”, explicó una fuente de la prisión al periódico británico Sunday Mirror.
Los guardias pusieron en aislamiento a Havard como castigo por su mala acción.
Por suerte, se cree que la hazaña del delincuente no causó mayores daños. “El recluso no tuvo acceso a los datos de ningún otro prisionero”, aseguró un portavoz de la prisión.
Havard, quien a pesar de estar cumpliendo su sentencia en Inglaterra es un ciudadano estadounidense, ingresó a la prisión en 2005 por haber participado en las actividades de una banda internacional de estafadores virtuales.
El papel de Ranby consistía en utilizar los datos bancarios robados que le enviaban sus cómplices desde Rusia para comprar artículos por Internet y ponerlos a la venta en sitios de subastas virtuales. Se estima que las actividades ilícitas de la banda generaron alrededor de 10 millones de dólares.
Un pirata recluso causa estragos en el sistema de su prisión