Wikileaks revive el terror del 11 de septiembre publicando conversaciones filtradas

Wikileaks ha publicado una serie de mensajes que muestran cómo los ciudadanos estadounidenses percibieron y reaccionaron a los eventos ocurridos el 11 de septiembre de 2001.

El sitio ha publicado más de medio millón de mensajes de beeper que fueron interceptados y publicados en la web por una persona desconocida. Wikileaks garantiza a sus usuarios que mantendrá sus identidades ocultas.

Algunos mensajes son de agencias gubernamentales y servidores públicos como el Departamento de la Policía de Nueva York, pero estas entidades todavía no han confirmado si los mensajes son reales.

Sin embargo, Daniel Schmitt, portavoz de Wikileaks, confía en que los documentos publicados son legítimos: “De acuerdo a la información contextual que ofreció la fuente, tenemos buenas razones para pensar que estos datos son verdaderos”.

El sitio comenzó a mostrar los mensajes en la madrugada del miércoles y los publicó poco a poco, de forma cronológica, a la misma hora en la que se enviaron en 2001. La serie de mensajes se acabará de publicar en la madrugada del jueves.

Entre los mensajes se encuentran todo tipo de conversaciones, incluyendo mensajes que no tienen ninguna relación con los ataques, como “¿Apagaste la plancha?” y “Paul, Jerry y yo creemos que alrededor de 200 personas vendrán al asado. Llámame si quieres.”

Pero también hay mensajes de personas que se van dando cuenta de la gravedad de la situación y empiezan a ponerse en contacto con sus familiares y seres queridos para informarles de lo sucedido y asegurarse de que estén bien.

“No te subas al tren, el World Trade Center se está quemando”.

“SOY MYRNA, NO DESCANSARÉ HASTA QUE VUELVAS A CASA, LA SEGUNDA TORRE HA CAÍDO, NO QUIERO SEGUIR LLAMÁNDOTE DESPUÉS DE CADA EVENTO. POR FAVOR VUELVE A CASA”.

“Se que tienes una nueva relación y que ya no te importo. Pero en caso de que algo suceda te amo, querido. Te extraño. Adiós”.

“Si no logro comunicarme contigo hasta el mediodía, voy a recoger a Laura de la escuela y le diré que su padre ha muerto”.

Schmit recalcó la importancia histórica de estos documentos: “Comprendo que este material es muy emotivo, pero esto no significa que no sea parte de nuestro registro histórico”, dijo Schmitt.