Un juez estadounidense ha enviado a un cibercriminal a prisión por 13 años, en la sentencia más severa que se haya dictado en este país hasta ahora en un caso de este tipo.
Además de los 13 años de prisión, Max Ray Vision, que operaba en Internet con el alias Iceman, deberá cumplir 5 años de libertad condicional y pagar una indemnización de 27 millones de dólares a sus víctimas.
Vision, de 37 años, tenía un buen puesto de ayudante del FBI, en el que recibía hasta $100 por hora por sus servicios. No se ha revelado en qué consistía la mayor parte de estos servicios, pero uno de sus deberes era ayudar a mantener la seguridad de las redes gubernamentales.
Sin embargo, su curiosidad lo llevó a explorar el lado criminal de la red. Mientras trabajaba con las autoridades, Vision operaba un sitio para cibercriminales, CardersMarket.com, en el que se compraban y vendían datos bancarios robados por Internet.
Max Vision incluso robaba las bases de datos de los sitios criminales rivales. Estos datos se utilizaban para crear tarjetas de crédito o débito falsas y retirar dinero de cajeros automáticos o realizar compras por Internet. Así logró construir el mercado más grande de compra y venta de datos robados en Internet.
Las autoridades cerraron el sitio en 2007 y revisaron el ordenador de Vision en busca de evidencia comprometedora. Allí encontraron más de 1,8 millones de números robados de tarjetas de crédito. Las empresas Visa, MasterCard, American Express y Discover relacionaron algunos de estos números con casos de fraude que alcanzaron los 86 millones de dólares.
Debido a la magnitud del robo, la fiscalía solicitó una sentencia de 30 años a cadena perpetua, pero después aceptó reducirla porque Vision sigue trabajando con el gobierno.
Fuentes:
http://www.google.com/hostednews/ap/article/ALeqM5gkMQSp7vGT-ZEZnPUGppH7leXyfwD9DQS96O0 — Calif. man sentenced to prison for credit scam The Associated Press
Record 13-Year Sentence for Hacker Max Vision Wired
Criminal hacker ‘Iceman’ gets 13 years Computerworld
Max Ray Vision recibe la sentencia más severa de la historia de EEUU