Esta semana se dio a conocer la noticia de que Google había remplazado Windows por MacOS y Linux en su red corporativa. Parece que lo que lo impulsó a tomar esta decisión fue el famoso ataque dirigido que sufrió y que ahora se conoce como Operación Aurora. Por supuesto, esta decisión ensucia la imagen de los productos Microsoft, pero ¿tiene algún sentido?
Antes de nada, Google no sufrió el ataque por emplear Windows sino por utilizar IE6, un producto con 9 años de antigüedad. Google fue víctima de los atacantes porque no siguió los consejos básicos de seguridad que siempre damos a nuestros usuarios: asegúrense de que tienen instalada la última versión de sus navegadores (como IE8 y Firefox) e instalen periódicamente los últimos parches de seguridad.
Además, MacOS no es más seguro que Windows7, al contrario, puede ser aún más peligroso por su falsa ilusión de seguridad.
Lo que deberían haber hecho es cambiarse a Windows 7, en x64, y utilizar Firefox o Chrome para hacer búsquedas en la red. Después, deberían haber impuesto una regla corporativa que prohíba que los usuarios se conecten a la red corporativa si sus equipos no tienen los parches más recientes y sus programas antivirus actualizados.
Con el nuevo programa malicioso para MacOS rondando en la red, me pregunto cuánto tardarán los delincuentes en repetir el ataque. Porque si Google continúa ignorando los consejos básicos de seguridad seguirá siendo un blanco fácil para los atacantes virtuales.
Google abandona a Windows y lo reemplaza por Linux y MacOS