Tras darse cuenta de que los usuarios ya no se dejan engañar con los fraudes de herencias no reclamadas de príncipes africanos multimillonarios, los ciberestafadores “nigerianos” han recurrido a otros extravagantes cuentos de su arsenal de ingeniería social. Nuestras trampas acaban de detectar unos mensajes que sugieren que los ciberestafadores no sólo son inescrupulosos y codiciosos, sino que son capaces de ironizarse a sí mismos.
Es llamativo el caso de unos mensajes supuestamente enviados por el FBI y sus agentes, indicando que en el transcurso de una investigación a gran escala se ha identificado a los usuarios que cayeron víctimas de los ciberestafadores, a falsas “novias nigerianas”, a los organizadores de loterías fantasma, y a falsos abogados de millonarios fallecidos. Asimismo, afirmaba que el “FBI” había identificado al destinatario de dicho mensaje como una de las víctimas, por lo que se le podrían compensar sus pérdidas. El siguiente paso de esta estafa seguramente será pedir a la víctima que envíe un pago para cubrir los gastos administrativos de la solicitud de compensación. Es decir, se trata del típico escenario nigeriano.
Este mensaje debe poner en alerta al usuario porque la dirección de correo que usan estos supuestos diligentes combatientes contra la ciberdelincuencia pertenece a un cliente de correo público y gratuito y no a un servidor del FBI.
En otro tipo de mensaje, los ciberestafadores van más allá aun. Se supone que redactó este mensaje un tal Reverend Eugene y que lo hace en nombre de un tal Smith Walters, un estafador arrepentido que yace en su lecho de muerte en un hospital. Eugene relata la historia de cómo Smith descendió a la vida criminal después de la muerte de su madre y debido a que debía hacerse cargo de su hermana menor. Continúa el relato diciendo que comenzó a ganar dinero enviando cartas estafadoras bajo distintos alias, y que cuando eso ya no le alcanzaba, se dedicó a vender drogas.
Pero el estafador no pudo disfrutar las ganancias de sus actividades criminales por mucho tiempo ya que de pronto fue víctima de una grave enfermedad. Con la muerte frente a él, Walters Smith decidió arrepentirse por sus numerosos pecados y le pidió a un intermediario que escribiera a sus víctimas pidiéndoles perdón y ofreciéndoles devolverles lo que supuestamente les había robado. Eugene les pide a las potenciales víctimas que se pongan en contacto con él para recibir su parte del legado ilegal de Smith, a manera de compensación. Es probable que en el siguiente mensaje, el “reverendo” les pida dinero para cubrir los gastos administrativos legales o para cubrir los gastos hospitalarios de Smith. Después de esto, es posible que ya no se vuelva a saber más de ellos.
Como podemos ver, los ciberdelincuentes expuestos o moribundos lloran… lágrimas de cocodrilo. Un usuario desprevenido puede terminar pagando por esas lágrimas. Entonces ¡Jamás confíes en extraños que de pronto te escriben tentándote con ofertas millonarias!
Cuidado con las lágrimas de cocodrilo de los ciberestafadores